Diana Frances Spencer, quien fue la princesa de Gales, perdió la vida en un trágico accidente automolístico en la capital de Francia, París. La muerte de este notable personaje histórico, indudablemente se convirtió en un mito no sólo en Reino Unido sino en todo el mundo.
Dentro de los gobiernos existentes en el planeta, siempre ha resaltado la monarquía británica debido a que ha mantenido su poderío al transcurrir del tiempo. Por tal motivo, la unión en matrimonio de Diana con el príncipe Carlos siempre dio de qué hablar.
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Cuando se casaron, las imágenes de la "feliz ceremonia" estuvieron en las portadas de la prensa a nivel mundial.
Millones de personas estaban cautivadas con la pareja, sin embargo mientras todo esto ocurrió muy pocos notaron algo particular: el comportamiento sumiso de la "Princesa del pueblo" ante el rígido protocolo del gobierno británico.
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Para cualquier espectador cada gesto del príncipe Carlos eran demostraciones de afecto o protección hacia su esposa.
No obstante, lo que para muchos eran gestos naturales de amor o cariño, en verdad, solo formaban parte de las normas que cada miembro de la casa real debía cumplir a cabalidad.
Esto dejaba en evidencia la superioridad sobre la corona y que Diana nunca debía verse por encima de Carlos.
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Otro de los motivos por los cuales Diana de Gales estaba obligada a agacharse o lucir por debajo de su esposo era porque ella era más alta que Carlos por varios centímetros.
De hecho, para disimular que el hijo mayor de la reina Isabel II del Reino Unido era más pequeño, la princesa tenía que caminar varios pasos atrás de su marido. Esto también lo hace actualmente, su hijo el príncipe Guillermo y su esposa Catalina de Cambridge.
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A partir de allí, la transformación de Diana fue notoria. Ya no se veía inferior, en cambio, caminaba a la par del príncipe Carlos, estaba erguida y embelesaba a todos con su imponente presencia, aunque todavía estaba inconforme.
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Ya en 1992 el matrimonio real se había separado, pero se divorciaron en 1996. Tristemente, Diana murió un año después de esto, justamente cuando su vida emmenzaba a dar signos de que un futuro excepcional.
“Nada me da más felicidad que intentar ayudar a las personas más vulnerables en la sociedad. Es mi objetivo y parte esencial de mi vida -parte de mi destino-. Quién sea que se encuentre sufriendo puede recurrir a mí. Yo iré corriendo a donde quiera que esté.”
Esta fue una de las frases más memorables de Lady Di, ya que aquí se evidenciaba que ella no estaba dispuesta a ver que otros sufrieran de sumisión como le ocurrió al estar casada con Carlos.
Escrito por: A. Prado.
Para: Amorymoda.com
