Kiunga es el nombre de la localidad pesquera en la que está operando de forma exitosa el proyecto, financiado por la organización sin fines de lucro Givepower que ya planea reproducir la experiencia en otras partes del mundo como Colombia y Haití.
Las plantas desalinizadoras tradicionales consumen mucha electricidad, el proceso es costoso y solamente pueden operar en zonas que tengan la instalación suficiente para generar y distribuir tanta energía. Las “granjas de agua solar”, nombre con el que la ONG bautizó a la tecnología, resuelven estos problemas mediante una serie de paneles solares que producen 50 kilovatios de energía, baterías Tesla de alto rendimiento para almacenarla y dos bombas que operan las 24 horas del día.
El sistema puede crear agua potable para 35 000 personas todos los días. Además, de acuerdo a GivePower, la calidad es mejor que la de un planta desalinizadora tradicional y sin tener un impacto ambiental negativo como suele ocurrir en este proceso, que al extraer la sal produce residuos salinos y sustancias contaminantes perjudiciales a la flora y la fauna.
Antes de la implementación de esta tecnología, estaban obligados a beber, bañarse y lavar sus pertenencias con ese agua sucia y salina. “Veías a chicos en el interior de la comunidad con cicatrices en su estómago o en sus rodillas por la cantidad de sal dentro de las heridas. Estaban envenenado a sus propias familias con el agua”, dijo Hayes Barnard, presidente de GivePower. en un video institucional.
L.González
www.amorymoda.com